Están tan altas Mar, están tan altas Estela. Alza
los ojos y mira. Arriba están las estrellas
cazadoras de la noche y las nubes del atardecer
yacen rojas de sangre bajo sus flechas. En mis
sueños tú corres abriéndote pasos sobre esos
pastos y las cazadoras estrellas te persiguen.
¿Estás allí? ¿Estás allí aún esperándome? - No,
no hables ni respondas. Siempre estarán estas
praderas porque son las praderas de mi amor.
Cerrar entonces los ojos, creer que duermes,
tal vez soñar y en un sueño llegar a creer que
por fin concluyeron las congojas. Pero no,
inmóviles, mis pupilas continúan mirando las
grandes nubes del atardecer donde huyes.
Luego me llegarán los rumores de otro sueño.
En él soñaré que tuve un nombre, José Manuel
Parada, un país, una muerte distinta. Es tan
para siempre Mar, es tan para siempre Estela
morir bajo las estrellas degolladas de la noche.
ZURITA, de Raúl Zurita, Ediciones UDP, 745 páginas
No hay comentarios:
Publicar un comentario