miércoles, 15 de febrero de 2012


En el plebiscito del 88 triunfó el SI





El conductor de la Franja de Televisión del No, en el plebiscito del 88, analiza en esta extensa entrevista las falencias de TVN –en el contexto de la realidad chilena posterior a 1990- y realiza interesantes propuestas para convertirla en una auténtica televisión pública.
Patricio Bañados, conductor de la Franja del NO en el plebiscito del 88, increpa a la Concertación y llega decir, incluso, que “aunque parezca increíble, luego de la llegada al gobierno de la Concertación [y digo gobierno, porque al poder no llegó] sus dirigentes me empezaron a ver como una molestia porque yo era un desagradable recuerdo de que alguna vez los compadres con los que ahora salían abrazados en las páginas sociales de El Mercurio eran sus enemigos, se suponía. Ahora no; eran todos amigos. Pinochet, de dictador sangriento, había pasado a ser una especie de abuelito de Heidi, de viejito de Pascua. Un abuelo bondadoso que, en palabras del propio Aylwin, ayudó mucho a la democracia”.

- Muchos analistas sostienen que el triunfo del No en el plebiscito, si bien significó la derrota de Pinochet, no lo fue para su obra económica, social y cultural que se mantendría hasta el día de hoy. ¿No será esa la explicación de lo que usted tantas veces ha señalado: que el haber sido el símbolo televisivo de tal campaña le produjo, paradójicamente, un grave daño en su posterior carrera profesional?

Me gustaría puntualizar que en el plebiscito del 88 ganó el Sí. Hubo más gente que votó que No, pero ganó el Sí. No sospechábamos que había un acuerdo, aparentemente previo, del cual no teníamos conocimiento y que ni siquiera podemos certificar ahora. Un acuerdo para que nada cambiara, o sea, el “gatopardo”: que las cosas cambien para que todo pueda seguir igual.

El hecho de haber sido la cara visible de la Franja del No me significó en el momento amenazas de muerte para mí y mis hijas de 14 y 16 años. “Sabemos la hora que sales del colegio”, eran el tipo de llamadas telefónicas que recibieron. Para qué decir las que recibí yo. Pero lo que puede parecer increíble es que, por lo menos, durante 10 años fui agredido innumerables veces; aunque siempre “a la chilena”, de manera cobarde. Agresiones solapadas a mí o a mis propiedades.

[Para la Concertación] yo era una molestia. Se usó mi antecedente de haber intervenido en la franja del No, y posteriormente en la Franja de Aylwin, para tener el argumento de que yo estaba minusvalorado publicitariamente y, por lo tanto, podían pagarme mucho menos que al resto en Televisión Nacional. Así lo pensó Carcuro que me dijo: “Tú debes estar ganando cinco millones de pesos”. Yo le dije: “No alcanzo a llegar al millón y medio”. Literalmente, se le abrió la boca y me dijo “pero te están estafando”. O sea que la Concertación utilizó el hecho de que yo hubiera colaborado a que ella llegara donde llegó, como un elemento para pagarme menos y para mantenerme siempre en un discreto segundo plano en Televisión Nacional.

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