A solo metros el cantautor y director teatral Víctor Jara animaba a los asustados jovenes que se congregaban en el edificio de la Escuela de Artes y Oficios, donde se protegían ya que sin duda era el edificio más seguro. Víctor dió pequeño recital que finalizó con el popular tema "La bala", que se convertiría en la última canción interpretada antes de su detención y antes de las 42 balas que terminaron con la vida del mayor cantor chileno.
La última canción que interpretó Víctor se transformó en un triste vaticinio de lo que sufriría el país:
"La bala se dispara,
ay se dispara en Cuba, Vietnam y Chile, ay se dispara la bala se dispara, ay se dispara se disparó.
En las manos del obrero nació la bala, nació la bala y en las manos de los ricos se hizo mala, se hizo mala.
Muchos pobres han caído en la represión, en la represión volviendo la bala al nido de su nación, de su nación."
Despuntaba las 6 de la mañana cuando los sitiadores iniciaron el asalto. Al fuego nutrido de fusilería siguió una descarga de artillería. El primer proyectil remeció el edificio. "La tierra pareció abrirse a nuestros pies --dice el cronista-- y la mole de hormigón armado se partió en dos, dejando ver la naciente claridad del 12 de septiembre".
En Junio de 2009, fue detenido y procesado el recluta José Paredes, tras confesar que había disparado a Víctor Jara. En Diciembre del mismo año, la PDI concluyó que las balas que se usaron para asesinarlo eran distintas a las del fusil que usaba el recluta.
El programa de DDHH del M. del Interior, ha realizado varias gestiones para solicitar los procesamientos de Edwin Dimter, Hugo Sánchez, Raúl Jofré y Rolando Melo quienes han declarado como inculpados en la causa.
Hasta hoy, 38 años después, el crimen de Víctor Jara permanece en la impunidad.
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